¿Qué es la lesión del cartílago articular de la rodilla?
Las lesiones del cartílago de la rodilla reciben muchos nombres como osteocondritis de rodilla, ulcera condral, condropatía de rodilla, lesión condral focal de rodilla. Estos nombres hacen referencia a una lesión con características comunes: Primero: daño o destrucción de una zona del cartílago articular hasta el hueso, es decir, son lesiones en profundidad. Segundo: reacción del hueso desprovisto de cartílago que sufre un proceso inflamatorio y reacción ante la lesión. En esta enfermedad, la lesión del cartílago se localiza en un punto o varios puntos concretos.
Cuando existe un desgaste del cartílago de la rodilla generalizado, estamos hablando de una artrosis de rodilla, y el tratamiento cambia significativamente.
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¿Por qué se producen las lesiones del cartílago de la rodilla?
Dentro de las causas que provocan esta lesión, la más común es un traumatismo sobre la rodilla, aunque otras como actividades repetitivas de impacto o incluso otras lesiones como una rotura de ligamentos o de meniscos pueden favorecer esta lesión. El propio golpe o torcedura de la rodilla hace que una zona del cartílago se dañe y se provoque esta lesión. No es raro encontrar en una artroscopia en la que tratamos una lesión de ligamentos o meniscos una lesión condral.
Otra causa frecuente es la osteocondritis disecante de rodilla, que es un desprendimiento espontáneo de una zona de cartílago. Habitualmente aparece en pacientes adolescentes y jóvenes, y aunque su origen no está del todo claro, si se sabe que el cartílago se desprende parcial o totalmente del hueso que lo sostiene, provocando a la larga que ese fragmento se comporte como tejido sin capacidad de regeneración.
La lesión condral sin traumatismo es típica de pacientes que realizan deporte de alta intensidad que implique impacto en la rodilla (corredores, montañistas, etc.). En estos casos es frecuente que el dolor aparezca de una forma más progresiva y que empeore conforme el esfuerzo es mayor.
Diagnóstico de las lesiones del cartílago
Nos basaremos en dos herramientas: la resonancia magnética, que nos dará el diagnóstico inicial y muchas de las características de la lesión que tendrán implicaciones luego para el tratamiento, y la artroscopia con la que obtendremos la confirmación de la lesión, podremos valorar el tamaño y realizar el tratamiento específico. A nivel general clasificaremos estas lesiones como estables o inestables.
Tratamiento de las lesiones del cartílago. Evitando la prótesis
Cuando nos enfrentamos a lesiones aisladas (únicas) del cartílago, intentaremos por todos los medios curar la lesión de forma que aliviemos los síntomas y evitemos tener que llegar a implantar una prótesis de rodilla. Esto es especialmente importante en pacientes jóvenes. Muchas de estas técnicas estarán acompañadas de terapias regenerativas/biológicas en el momento de la cirugía o en el postoperatorio.
Condroplastia y Microperforaciones
Ambas técnicas se realizan a través de artroscopia y las empleamos en lesiones muy pequeñas, generalmente cuando nos encontramos estas lesiones al realizar una cirugía del ligamento cruzado o tratar una lesión de menisco, y es habitual usarlas a la vez. La condroplastia significa retirar los fragmentos de cartílago que son inestables y superficiales, dejando cartílago sano del propio paciente en la zona de la lesión y haciendo que una lesión inestable que puede provocar más daño en rodilla se estabilice.
Las microperforaciones las usamos si en una zona de lesión pequeña no queda cartílago del paciente. El objetivo es que esa zona “muerta” a la que no llega sangre que pueda reparar la lesión, vuelva a tener viabilidad y se regenere un cartílago nuevo que cubra toda la lesión. Este cartílago es útil, aunque diferente al origina de la rodilla. A estos dos tratamientos es posible añadirle células madre mesenquimales o plasma, para intentar aportar mayor viabilidad y capacidad de curación al tratamiento.
Trasplante de Cartílago: Mosaicoplastia
La mosaicoplastia consiste en obtener cartílago de la propia rodilla en pequeños cilindros de una zona de la rodilla sin lesión y trasplantarlos a la zona de daño. Es una técnica empleada desde hace muchos años con buenos resultados y la usamos cuando las lesiones son inferiores a 4cm2 y el cartílago del paciente está completamente dañado.
El cartílago lo obtenemos de la tróclea femoral externa, una zona de la rodilla donde la rodilla sufre un estrés mínimo por lo que podemos tomar el cartílago sin grandes problemas a largo plazo. Es necesario un equipamiento especializado para realizar esta técnica.
Mega-Transplante de cartílago
Esta técnica también llamada Mega-OATS se realiza ante lesiones de un tamaño muy grande donde las técnicas anteriores no son practicables. El injerto se obtiene habitualmente de un donante dado que es necesario más de 6cm2 de tejido en muchas ocasiones.
La técnica es parecida a la mosaicoplastia pero tallando un cilindro del tejido del donante e implantándolo en la rodilla enferma y fijándolo mediante pines o tornillos. Es una técnica compleja, que necesita de material específico y donde solemos añadir células madre mesenquimales para lograr la curación.