Condromalacia rotuliana


¿Qué es la condromalacia rotuliana?    

La condromalacia es una alteración en el estado del cartílago de la rótula que puede ir desde un reblandecimiento hasta lesiones más graves como fisuras o ulceras del cartílago . En muchos casos se asocia a un dolor en la parte anterior de la rodilla. El cartílago articular de la rótula es el de mayor grosor del cuerpo ya que necesita soportar una presión muy elevada al levantarnos, subir y bajar escaleras, etc. Junto con este daño en el cartílago coexisten muchos factores (anatómicos, biomecánicos e inflamatorios) que contribuyen al síndrome de dolor anterior de rodilla.

 

Condromalacia rotuliana. ¿Por qué se produce?

Cómo hemos comentado antes, hay varios factores que influyen en esta enfermedad:

  • Estado del cartílago articular: El daño en el cartílago de la rótula provoca dolor y puede llegar a causar inflamación dentro de la rodilla (derrame articular)
  • Equilibrio muscular del cuadriceps: Obtener una adecuada potencia muscular del cuadriceps, especialmente entrenando la musculatura del vasto interno-vasto medial oblicuo, contribuye a disminuir el dolor y mejorar la biomecánica de la rodilla. Este es probablemente el factor más importante sobre el que podremos actuar. 
  • Alteraciones anatómicas y biomecánicas: La anatomía concreta de cada persona, así como la forma en la que la rótula desliza por el fémur cuando doblamos la rodilla puede contribuir a provocar este dolor si este deslizamiento está alterado, lo que provoca dolor por aumentar las presiones en zonas determinadas. 
  • Inestabilidad rotuliana: Cuando la rotula se luxa (se sale) ya sea tras un traumatismo o por una alteración en la biomecánica de la rodilla, puede generar dolor anterior.
  • Exceso de uso o entrenamiento inadecuado: Aumentar la carga sobre la articulación de forma brusca o sin un entrenamiento previo que nos prepare para ello puede provocar dolor anterior de rodilla. 

Principalmente, distinguimos dos tipos de pacientes con esta patología donde la causa y el tratamiento puede variar.

 

  • Pacientes jóvenes o deportistas cuyo origen suele tener factores genéticos y biomecánicos que la causan. Existen varias teorías que pueden explicarlo: Factores hormonales, descompensación biomecánica por falta de tono y activación muscular, alteraciones biomecánicas (displasia de rotula o tróclea femoral), etc.
  • Personas de mediana edad con desgaste de este cartílago por sobreuso. En este grupo de pacientes hablamos por lo general de un desgaste precoz del cartílago debido. Aunque también pueden existir los factores mencionados anteriormente, en este grupo de personas encontraremos una historia de deporte de intensidad elevada y ocupaciones laborales muy demandantes. Es habitual la presencia de lesión osteocondral (ulceras del cartílago) y la presencia de artrosis degenerativa. 

Síntomas de la condromalacia rotuliana

El síntoma principal es dolor en la parte anterior de la rodilla. Este dolor empeorara de forma típica al subir y bajar escaleras y cuestas, al correr, saltar o realizar marchas largas. En pacientes de mucho tiempo de evolución puede llegar a dolor incluso andando. Un rasgo típico de esta enfermedad es que aumente el dolor al estar sentado mucho tiempo, por ejemplo, durante viajes largos en el coche. 

Grados de condromalacia rotuliana: 

Existen 4 grados de condromalacia rotuliana, de más leve al más grave. Aunque generalmente el grado de condromalacia se relaciona con el dolor, no siempre es así, pudiendo haber personas que con un grado I experimenten dolor diario y otras con un grado 4 que prácticamente no tengan síntomas

  • Condromalacia rotuliana Grado I: No se encuentra más que reblandecido el cartílago articular.
  • Condromalacia rotuliana Grado II: Aquí ya apreciamos lesiones de la superficie del cartílago que son pequeñas en extensión de la cara articular de la rótula.
  • Condromalacia rotuliana Grado III: Encontramos en el cartílago articular lesiones más profundas, pero sin ver la parte ósea de la rótula.
  • Condromalacia rotuliana Grado IV: En este estadio desaparece prácticamente el cartílago articular en su totalidad. Correspondería a una artrosis de rotula establecida.

 

Tratamiento de la condromalacia rotuliana 

El tratamiento de la condromalacia rotuliana se basa en la terapia física dirigida para compensar las alteraciones biomecánicas que empeoran el cuadro junto a infiltraciones que nos ayudan a controlar el dolor y la inflamación que pueda haber. 

Rehabilitación: Es fundamental realizar una buena rehabilitación con ejercicios dirigidos para ganar musculatura que ayude a mejorar la biomecánica de la rodilla y disminuir el dolor. La base de los ejercicios es lograr que la rótula se desplace adecuadamente respecto al fémur. Fundamentalmente trabajaremos los ejercicios de cuádriceps, concretamente del vasto medial oblicuo. Además, es importante trabajar el core (glúteos, isquios, etc).

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Readaptación: Además habrá ir evitando lo que genera dolor, ya sea actividad deportiva o cotidiana. Esto no quiere decir que sea para siempre, sino al principio del proceso de recuperación. Mantener las actividades que generan dolor solo provoca empeoramiento del cuadro a largo plazo.

Infiltraciones: Existen varios tipos. Debe saberse es que el cartílago articular, cuando padece lesiones amplias, no tienen a día de hoy una terapia de curación demostrada, aunque existe mucha investigación al respecto.

Para esta patología concreta suele funcionar muy bien el ácido hialurónico, que es una terapia con efecto antiinflamatorio y “lubrica” la rodilla, eliminando parte del dolor por fricción. También existe la terapia de plasma rico en plaquetas o células madre mesenquimales. Estas infiltraciones ayudan a disminuir el dolor y sus efectos sobre la capacidad de curación del cartílago están continuamente en investigación, por lo que estas terapias las dejamos para casos seleccionados.

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Cirugía de la condromalacia rotuliana

El tratamiento quirúrgico nunca debe ser la primera opción en esta patología, salvo que existan causas anatómicas o lesiones que contribuyan a empeorar el problema. 

Cuando la terapia conservadora ha fracasado, si existen causas que lo justifiquen como alteraciones del aparato extensor, o lesiones condrales focales (úlceras condrales), puede plantearse el tratamiento quirúrgico, que siempre será complementario a volver a insistir con la fisioterapia, dado que en esta enfermedad es la parte fundamental para lograr la curación.

La cirugía irá enfocada  a resolver el problema que causa el dolor. En pacientes con inestabilidad de rotula o subluxación, corregiremos esta disfunción ya sea con osteotomías de realineación o reconstrucciones ligamentosas, mientras que en aquellos con lesiones del cartílago articular realizaremos procedimientos que intenten restaurar o sustituir esa zona dañada

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