¿Cómo funciona el ligamento lateral interno de la rodilla?
Aunque existen cuatro ligamentos principales en la rodilla, es el ligamento lateral interno el que se lesiona de manera más frecuente, de hecho, esta lesión es una de las mas frecuentes que nos encontramos en deportistas de cualquier nivel.
El ligamento lateral interno o ligamento colateral medial es el principal estabilizador por la cara interna de la rodilla, evitando que la pierna “se vaya hacia afuera”. Este ligamento tiene dos componentes: el ligamento interno superficial y el profundo. Las lesiones pueden ser de uno de estos componentes o de ambos.
¿Cómo se lesiona el ligamento lateral interno de la rodilla?
Los ligamentos de la rodilla son uno de los tejidos más resistentes del cuerpo humano. Para que el ligamento se lesione tiene que existir un traumatismo tan fuerte que la resistencia del ligamento se vea superada. Cuando esto sucede, el ligamento sucede la distensión o esguince de bajo grado. Si la lesión del ligamento ha sido mayor, entonces hay una rotura parcial de fibras. Cuando el traumatismo es lo suficientemente fuerte, el ligamento puede llegar a una rotura completa.
Síntomas de lesión del ligamento lateral interno
En primer lugar, si no lo hemos visto producirse en directo, es importante que nos cuente el paciente como se ha producido la lesión. Por lo general la descripción del mecanismo de lesión ayuda a hacerse una idea de si el ligamento puede estar lesionado. Los síntomas que aparecerán serán:
-Dolor en la cara interna de la rodilla
-Inflamación y hematoma: La inflamación puede situarse en la cara interna o en toda la rodilla (derrame articular). Esto generalmente es indicativo de una lesión de importancia del ligamento.
-Dificultad para mover la rodilla y para caminar: suele producirse de forma secundaria al dolor y a la inflamación provocada por la lesión. En ocasiones puede estar causado por alguna lesión del cartílago o del menisco.
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-Sensación de chasquido o “pop” en el momento de la lesión.
-Inestabilidad: En lesiones de grado severo puede aparecer inestabilidad del ligamento dado que su rotura implica la perdida de estabilidad de la rodilla.
Para confirmar la lesión nos ayudaremos de diferentes pruebas cuando sea necesario como una ecografía o una resonancia magnética.
Grados de lesión del ligamento lateral interno
Las lesiones de este ligamento se pueden clasificar función de menos gravedad a mas, en tres grados:
Grado I: Esguince leve: Ante el traumatismo el ligamento consigue aguantar sin romperse. La afectación de las fibras del ligamento consiste en una distensión de sus fibras. La inflamación que se produce es relativamente leve y es raro notar inestabilidad.
Grado II: Esguince moderado: En este grado el ligamento sufre una rotura parcial, es decir, hay fibras que se rompen pero la integridad del ligamento se mantiene. La inflamación es mayor en la región interna de la rodilla. Podemos notar una inestabilidad parcial de la rodilla
Grado III. Esguince grave o rotura completa: La rotura puede producirse en mitad del ligamento o por desinserción del fémur o la tibia, pudiendo llegar a arrancar un fragmento de hueso. El dolor y la inflamación serán mayores, y la rodilla padecerá una inestabilidad completa.
Tratamiento de la lesión del ligamento lateral interno
El tratamiento variará según el grado del esguince. Aunque inicialmente siempre realizaremos unas medidas para controlar el dolor y bajar la inflamación que serán aplicar frio local, tomar aintiinflamatorios y limitar la movilidad de la rodilla en unos grados de seguridad. Para ello nos ayudamos de ortesis articuladas (rodilleras) que dejan establecer un rango de movimiento seguro para la rodilla. De forma específica cada grado de lesión requerirá unas medidas concretas.
Grado I: El tratamiento del esguince de rodilla consiste en reposo y antinflamatorios durante varios días. Evitaremos la práctica deportiva y grandes esfuerzos en la rodilla durante un periodo de dos a cuatro semanas.
Grado II: A lo anterior debemos sumar una ortesis funcional o algún tipo de inmovilización que ayude a controlar hasta donde podemos doblar la rodilla. El tiempo de recuperación será más prolongado, habitualmente alrededor de 6 a 8 semanas.
Grado III: Aquí existe cierto debate entre los traumatólogos sobre cuál es la mejor opción, si intervenir o no. El tratamiento conservador o no quirúrgico es similar al grado II, aunque el tiempo de recuperación suele ser de unos tres meses. Hay casos en los que resulta conveniente realizar un tratamiento quirúrgico como explicamos a continuación.
Cirugía del ligamento lateral interno de la rodilla
La cirugía suele indicarse en aquellos casos que la lesión presenta características muy específicas que nos hacen suponer que la cicatrización del ligamento no va a ser adecuada, dejando una rodilla inestable. Esto sucede cuando el ligamento se ha desplazado dentro de la articulación o existen tejidos interpuestos que no dejan que cicatrice en su posición anatómica. También está indicado en lesiones crónicas, es decir lesiones que se trataron adecuadamente en su momento y cuya secuela provoca una rodilla inestable. En el caso de una lesión que compromete varios ligamentos de la rodilla es prácticamente obligatorio operar esta lesión.
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Actualmente la técnica que empleamos es una reparación directa del ligamento a la que hay ocasiones que resulta conveniente añadirle una plastia de refuerzo con aloinjerto, dado que las últimas investigaciones científicas parecen mostrar que los resultados son superiores cuando añadimos este refuerzo en determinadas circunstancias.
Tras la cirugía el tiempo de recuperación es de unos dos meses para deambular sin necesidad de ayudas y de unos tres a cuatro meses para reincorporarnos a una actividad deportiva intensa, sobre todo cuando el deporte implica contacto o pivotaje.
Protocolo de recuperación tras cirugía del ligamento lateral interno