Tendinitis calcificante de hombro

¿Qué es la tendinitis calcificante de hombro?

La tendinitis calcificante es una enfermedad que se desarrolla por depósito de calcio en los tendones del hombro, generalmente en el tendón supraespinoso y/o la bursa de este tendón. Esta patología no siempre genera dolor, pero cuando lo hace puede provocar un cuadro muy limitante con una afectación de la movilidad significativa. Por lo general la población afectada suele ser personas entre 40 y 60 años, y es habitual que las crisis se repitan de forma intermitente, empeorando el dolor por la noche

¿Qué causa la tendinitis calcificante?

Aunque su origen es aún incierto, la teoría más aceptada señala que la tendinitis calcificante parece surgir a causa de una combinación de factores degenerativos, inflamatorios y metabólicos. En un inicio, pequeños traumatismos o lesiones sobre los tendones del hombro de forma repetitiva provocan un cuadro inflamatorio que el cuerpo no tiene tiempo de sanar dado que el estímulo que provoca el cuadro no deja de actuar. Esto se suma a un tendón habitualmente degenerado a causa de la edad o de una lesión previa, lo que contribuye a empeorar el cuadro. Se presupone que existen factores genéticos que pueden favorecer el desarrollo de esta enfermedad.

Tipos de tendinitis calcificante

1. Tendinitis calcificante aguda: Los depósitos de calcio son de consistencia blanda y pastosa que causan inflamación y dolor agudo. Estos depósitos pueden reabsorberse espontáneamente, lo que lleva a la resolución de los síntomas.

2. Tendinitis calcificante crónica: Los depósitos de calcio son más duros y bien definidos que pueden persistir durante mucho tiempo. Estos depósitos causan dolor crónico y pueden requerir intervención médica o incluso cirugía para su resolución.

Síntomas de la tendinitis calcificante 

Los pacientes que padecen tendinitis calcificante suelen padecer un dolor limitante que como hemos comentado aparece y desaparece a lo largo del tiempo. Este dolor en ocasiones empeora por la noche y otras veces es un dolor que empeora más con la movilidad del hombro. El dolor puede llegar a dar la sensación de rigidez o incluso bloqueo en determinados grados de movilidad del hombro afectado.

Para su diagnóstico nos ayudaremos de una radiografía (donde apreciaremos el tamaño y el tipo de depósito de calcio) y ecografía o una resonancia magnética que nos permite valorar el estado del tendón donde se deposita el calcio.

Tratamiento de la tendinitis cálcica de hombro

El tratamiento conservador es la primera línea de tratamiento para la tendinitis calcificante y suele ser efectivo en la mayoría de los casos. Las opciones incluyen el reposo y modificación de actividades en el momento más agudo para controlar el dolor junto con frío local y calor de formas alternas. La aplicación de hielo puede ayudar a reducir la inflamación y el dolor agudo, mientras que el calor puede ser útil para aliviar la rigidez y el dolor crónico. Los antiinflamatorios no esteroides (AINE), como el ibuprofeno, pueden ser utilizados para reducir el dolor y la inflamación. 

La fisioterapia es fundamental en esta patología. Un programa de ejercicios diseñado para fortalecer y estirar los músculos del hombro puede ser muy beneficioso. Las técnicas de masaje y la terapia de ultrasonido también pueden ser utilizadas para promover la curación.

Cuando el cuadro de dolor es más severo, una infiltración mediante corticoide y anestesia puede conseguir un alivio más rápido. Esta infiltración realizada bajo control ecográfico consigue un porcentaje de efectividad mayor ya que podemos dirigirla a la zona deseada con seguridad. La infiltración puede repetirse varias veces, aunque se ha de explicar el riesgo de ruptura del tendón si las infiltraciones de corticoides se realizan con mucha frecuencia o poco espaciadas en el tiempo.  A largo plazo otro tipo de infiltraciones de plasma o células madre mesénquimas pueden conseguir un alivio más duradero o incluso ayudar a la regeneración del tendón.

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Las ondas de choque extracorpóreas es un tratamiento no invasivo que utiliza ondas de choque para disolver los depósitos de calcio y estimular la curación del tendón y puede ser una opción efectiva para pacientes con tendinitis calcificante crónica.

Punción aspiración ecoguiada: Este tratamiento se realiza de forma ambulatoria. Bajo control del ecógrafo, consiste en deshacer la calcificación mediante la introducción de una aguja a través de la que se inyecta suero a presión. El objetivo es que se disuelvan los depósitos cálcicos que posteriormente se aspiran. Con la aspiración de la calcificación disminuye el dolor. 

Cirugía de la tendinitis calcificante mediante artroscopia de hombro

Cuando el tratamiento conservador no logra aliviar los síntomas después de un período prolongado, se puede considerar el tratamiento quirúrgico. Hoy en día esta técnica se realiza completamente a través de cirugía artroscópica, pudiéndose realizar en de forma ambulatoria o con un solo día de ingreso. 

Consiste en realizar un tratamiento integral de la lesión donde primero se elimina el tejido inflamatorio que rodea al manguito rotador, posteriormente se reseca la calcificación que se encuentra en el manguito y se elimina completamente. Por último, se examinan los tendones del hombro (maguito rotador) y se realizan reparaciones si son necesarias para mantener una estructura y función adecuadas del hombro.  Tras realizar la cirugía habrá que realizar un programa de rehabilitación. 

Recuperación tras la tendinitis cálcica de hombro

La recuperación de la tendinitis calcificante varía según la severidad y el tipo de tratamiento recibido. Para aquellos que se someten a tratamiento conservador, el alivio del dolor y la mejora de la función pueden comenzar en unas pocas semanas, aunque la recuperación completa puede tardar varios meses. La adherencia a un programa de fisioterapia y la modificación de actividades son esenciales para un resultado positivo.

Para los pacientes que se someten a tratamiento quirúrgico, el tiempo de recuperación depende del tipo de procedimiento. La artroscopia y el lavado artroscópico generalmente permiten una recuperación más rápida, con los pacientes retomando sus actividades normales que no impliquen grandes esfuerzos a los 15 días de la cirugía y unas 4 a 6 semanas para actividades físicas. 

Protocolo de recuperación tras artroscopia de hombro. Pinche aquí

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